jueves, 23 de abril de 2015


       Dos aduaneros y aquel  "toc, toc " sin sonar como debiera. Apareció un tercero y yo dando vueltas al coche con cara de póker. La cola era ya considerable. Uno de los agentes le dice al otro mitad en árabe mitad en francés " dí il fossé" llévalo al foso, pensé el coche al foso y yo al talego. Creo que aquello duró 15 minutos aunque a mí me pareció una eternidad. 

          Yo solo ante la adversidad.

        Y en esto se acercó un perro de aduanas, era la primera vez que veía un perro haciendo esta labor en la frontera en Marruecos, en Ceuta y Algeciras es normal. El perro se acercó al coche y no dijo ni " mú ", en mi vida he querido más a los canes. Me dejaron pasar sin más contratiempos. El chapista resultó ser un tipo honrado.

     Proseguí mi camino con el miedo todavía en el cuerpo, conforme me alejaba de la frontera mis amígdalas iban recobrando su tamaño natural,  no a la misma velocidad mis partes nobles.

          Al llegar a Marbella, hice entrega a mi amigo JMRP su flamante A4 totalmente restaurado, ver su cara de alegría valió la pena los 15 minutos de acojone. Eso sí, le advertí que vigilara los bolardos.

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